Cocktail de Tecnologías para Smart Cities

Fecha de publicación: Feb 16, 2015 7:20:50 PM

La utilización de los mapas y la georeferenciación de los recursos como base de las diferentes capas de información que componen la estructura de una ciudad inteligente es de sobra conocida, no obstante, no está de más hacer un pequeño recorrido por la interconexión de los datos geoespaciales y las diferentes posibilidades de obtención, almacenamiento y proceso de datos en servicio del ciudadano y la gobernabilidad de las ciudades y sociedades del futuro. No entro en absoluto en disquisiciones sobre privacidad y otros conceptos subjetivos asociados a cualquiera de estas tecnologías, me limitaré a describir de forma somera alguna de los principales dispositivos y tecnologías como ejemplos para la mejor comprensión de sus diferentes aplicaciones y alcance

Publicado por Francis Ortiz el Mar, 07/01/2014 - 11:46 - en Smartcities.i-ambiente.es

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Geolocalización, Sensores, Balizas, NFC, Apps, Big Data, Open Data y Realidad Aumentada, el cóctel del futuro.

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Geolocalización, Sensores, Big Data y Open Data

Dando por hecho que las labores de georreferenciación[1] de los recursos distribuidos en diferentes capas de información está ya hecha, y que podemos acceder a ellos desde cualquier conexión a internet.

Dando por hecho también que los responsables de la ciudad en cuestión comprenden la necesidad de compartir la información disponible, actualizarla y dar acceso a la misma a usuarios y propietarios de la misma, podemos pues crear una red de sensores convenientemente geolocalizados para tomar el pulso constante a la ciudad, tomando como base cada una de las capas de información como referencia e identificador de los datos a almacenar, podemos recoger en la nube pública el estado de las carreteras, el flujo de tráfico o personas por zonas determinadas, el aparcamiento disponible, el nivel de humedad en los parterres y jardines o la predicción de lluvias para un periodo determinado en una zona muy localizada.

Big Data y Open Data

El tratamiento de estos datos y su reutilización por aplicaciones de interpretación y publicación en línea permite la creación de módulos de gestión integrables en apps móviles que pueden ser abiertas para la información del ciudadano, como es el caso de aparcamientos disponibles, o limitada a los gestores municipales, sistemas de Smart Governance[2] pueden ver y controlar remotamente la información obtenida, como por ejemplo la conexión entre la predicción de precipitaciones y niveles de humedad en el suelo con los sistemas de aspersión y riego de jardines y parterres municipales.

Sensores

Sensores específicos pueden medir el volumen de los contenedores de basura, para optimizar la frecuencia de recogida. Otros, ubicados en el subsuelo, junto a conexiones eléctricas, conducciones de agua o gas, pueden avisar con tiempo de posibles fugas y cortes debidos a movimientos, desplazamientos o aumento en el nivel de humedad, gases o electromagnetismo. Geolocalizados, estos sensores no sólo avisan, sino que localizan al milímetro la ubicación de los posibles focos de problemas, generando una solicitud de intervención para la revisión,  prevención o reparación.

Equipos de multisensores como los de la empresa española Libelium[3] están siendo ya utilizados en múltiples lugares del mundo con infinidad de aplicaciones, uno sólo de estos dispositivos puede recoger hasta 3 tipos diferentes de información a través de 3 sensores dedicados, que pueden detectar desde vibraciones, presencia, gases, movimientos estructurales y sísmicos y una infinidad de variables del entorno que a su vez transmiten a receptores o hubs en las proximidades y conectados a la red principal en la nube, donde se almacena, procesa y redistribuye la información obtenida.

BalizasLa diferencia entre Sensores y Balizas o Beacons en su denominación inglesa, estriba en que mientras el objetivo de los primeros es recoger y emitir datos a hubs receptores, las segundas actúan como un mini receptor/emisor que simplemente da cuenta a dispositivos cercanos de su propia existencia y ubicación, generando de este modo, previa programación, de acciones o reacciones en dichos dispositivos una vez detectada su proximidad e identificado el código por aplicaciones concretas instaladas en  los dispositivos móviles. Estos nuevos dispositivos de proximidad son prácticamente imperceptibles, pueden situarse bajo el suelo, en paredes de edificios o en el equipamiento urbano y son totalmente invisibles, permiten tanto emitir como recibir información de y hasta  aplicaciones móviles y recogen importantísimos datos a tiempo real para su estudio, al mismo tiempo pueden sincronizarse con aplicaciones diversas para que envíen a los usuarios determinados mensajes o avisos cuando pasen con sus dispositivos móviles en la proximidad de estas balizas.

La utilización de Balizas o dispositivos de localización con fines comerciales es controvertida y aún así muy extendida ya en ciertos países, como ejemplo, en centros comerciales pueden servir como guía a la navegación móvil interior, emitir avisos de ofertas cercanas y llevar al usuario hasta el lugar exacto donde se encuentra tal o cual producto o servicio dentro de un espacio cerrado, que de otro modo no tendría posibilidad de ser triangulado con exactitud de ningún otro modo. En cualquier caso, su correcta utilización como dispositivos de gestión del flujo de personas, mensajes de emergencia o simplemente de advertencia hacen de ellos unas herramientas inevitables en las ciudades, espacios privados y públicos del futuro, dado que sus aplicaciones son infinitas.

Internet de las Cosas y los dispositivos NFC

Podríamos clasificar tanto los sensores como las balizas comentadas en los párrafos anteriores como parte de los nuevos dispositivos que conforman la estructura del Internet de las Cosas, pero si nos ceñimos a su propia descripción, “las cosas” son desde artículos de un supermercado, nuestra propia ropa o equipamiento urbano, tarjetas de crédito, teléfonos y básicamente cualquier cosa del tamaño que sea, en la que se pueda incorporar un Dispositivo de Comunicación de Proximidad o Near Field Communication[4] Device (NFC) estos dispositivos, en principio tienen un alcance de entre 2 y 50 centímetros, por lo que requieren de algún método de amplificación adicional si queremos que sean detectados a mayores distancias, es por ello que su utilización para crear el Internet de las Cosas vaya de la mano de repetidores, amplificadores de señal, sensores adicionales y balizas de localización previas que lleven al usuario hasta los dispositivos NFC finales, o los detecten en su proximidad si éstos están en movimiento, como en el caso de los detectores de robos insertados en las etiquetas de nuestra ropa por multitud de tiendas de moda. No es, sin embargo, esa la utilidad la más importante de los dispositivos asociados al IOT[5], sino la capacidad de capturar y almacenar mediante la detección de movimientos y acciones asociadas a ellos, complejos comportamientos de personas y grupos, seguimiento de flotas, objetos y tendencias, con lo que los análisis obtenidos con esta información son de nivel casi de estudio biológico por lo que tienen de ricos, concretos y específicos los datos obtenidos.

Realidad Aumentada

Algunas de las aplicaciones más interesantes desde el punto de vista de la gobernabilidad de una Ciudad Inteligente es la participación ciudadana, un ejemplo práctico sería la publicación de proyectos de mejora de infraestructuras o ampliaciones, modificaciones o cambios en el mobiliario urbano, partiendo de la base de que todos los recursos originales están ya geolocalizados, podemos proyectar en el dispositivo móvil de los ciudadanos nuestros proyectos en curso en 3D in situ, permitiendo que los usuarios puedan valorar el impacto que estas actuaciones tendrán en el entorno de su ciudad, barrio o calle concretamente.

La predicción de la aceptación o rechazo de ciertas actuaciones y asociar estos proyectos a encuestas y comentarios sociales permite valorar con extrema exactitud el éxito o fracaso de los programas de mejora y mantenimiento de infraestructuras, y la participación ciudadana en cada una de las decisiones adquiere una dimensión ultra-democrática de la gestión diaria de la ciudad.

La percepción del ciudadano de que la realidad futura se irá conformando a través del consenso y la consulta le hará más consciente de su papel activo como parte de la sociedad en la que vive y por lo tanto, más responsable de su futuro colectivo.

Es difícil cubrir en profundidad cada una de estas tecnologías, pero espero que con estos ejemplos haya podido abrir y aclarar algo el extenso horizonte de posibilidades al que estamos acercándonos con la utilización de multi-dispositivos, sensores, realidad aumentada y aplicaciones en la nube.

Francis Ortiz (@Fortizcrea)

Fotomontaje de Francis Ortiz con Imágenes de Libelium, Qualcomm y Znet, Timo Arnall, Flickr.

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