Lo más básico sobre Fotografía

Fecha de publicación: Nov 16, 2013 12:10:13 PM

Artículo original de: http://luipermom.wordpress.com/2008/07/28/cuatro-principios-basicos-sobre-fotografia/

Aunque hay cientos de cursos realmente completos sobre fotografía en internet y en multitud de libros, no me puedo resistir a hablaros hoy con sencillez sobre algunos aspectos técnicos de la misma que os pueden ayudar a comprender un poco mejor este mundillo tan peculiar y que posee un lenguaje un poco extraño para el que no está acostumbrado a él.

Antes de nada me gustaría deciros que si sois de los que hacéis las fotos en modo automático y no tenéis intención de cambiar vuestra forma de emplear la cámara podéis dejar de leer ya mismo porque dentro de un rato os habréis dado cuenta de que habéis leído un rollo de cuidado y os habéis quedado igual que al principio. De cualquier modo también os digo que si no empleáis el resto de modos con los que suelen contar la mayoría de cámaras actuales no le sacaréis ni el 20% de sus posibilidades. El modo automático es muy útil para disparar fotografías sin preocuparse de más, y de hecho lo suelo usar en cumpleaños y ocasiones en las que no le vas a pedir a la gente que se espere unos segundos para ajustar tiempos de exposición, aperturas y demás, pero es algo así como usar un coche con cambio automático: es cómodo y suele funcionar bien, pero es él y no el piloto quien toma las decisiones.

Sin embargo, si os gusta el mundillo de la fotografía y queréis conocer algunos parámetros fundamentales que influyen decisivamente a la hora de captar lo que hay delante del objetivo creo que este artículo os resultará interesante y puede que os de alguna idea para la próxima vez que salgáis con vuestra cámara. ¡Empezamos!

1. APERTURA

El valor de apertura indica lo abierto o cerrado que está el diafragma del objetivo en el momento de disparar la fotografía. Viene indicado por una cifra que oscilará en diversos pasos entre un valor mínimo (máxima apertura del diafragma) y un valor máximo (que representa la apertura más pequeña). En el caso concreto de mi Konica Minolta Dimage Z2 esos valores son 2.8 y 8.0 con más de una decena de valores intermedios; pero en cámaras de mayor tamaño (por ejemplo en las réflex) veréis que ambos valores pueden irse todavía más a los extremos.

Hay un factor muy importante controlado por la apertura del diafragma: la profundidad de campo, que es la distancia por delante y por detrás del motivo enfocado que se verá nítida en la imagen final. Si queremos realizar un retrato con el fondo desenfocado debemos abrir mucho el diafragma empleando un valor bajo de apertura, mientras que si lo que queremos inmortalizar es un paisaje lo ideal será emplear un valor elevado (diafragma bastante cerrado) para que así obtengamos nitidez en la mayor parte de los elementos fotografiados.

Vamos a ver esto con un ejemplo empleando para componer las imágenes una simpática muñeca “Matrioska” (esas figuras rusas que se encajan unas dentro de otras) y un típico fondo playero de apartamentos.

Apertura f/3.2

En la primera de las fotografías he empleado una apertura del diafragma de f/3.2, de tal modo que el fondo aparece bastante desenfocado.

Apertura f/8

En la segunda el valor de apertura es de f/8.0, que es el máximo que me permite esta cámara y con el que se puede apreciar cómo el fondo aparece algo más nítido que en la anterior. Este efecto es mucho más acusado en cámaras réflex por el mayor tamaño del sensor y también por diversos parámetros ópticos que se derivan del mismo motivo y que iremos viendo en futuros artículos.

2. TIEMPO DE EXPOSICIÓN

Lo que este parámetro controla es el tiempo que el objetivo va a permanecer abierto durante la captura de la imagen. Sus valores suelen oscilar entre menos de una milésima de segundo y varios segundos. Como es lógico, valores elevados harán que más luz llegue hasta el sensor de la cámara y por lo tanto más clara sea la fotografía.

El problema de los valores altos de exposición es que ante el más mínimo movimiento de la cámara la fotografía quedará borrosa. Se supone que hasta 1/50 segundos (o si tenemos buen pulso a 1/30) una imagen puede quedar nítida si mantenemos la cámara firmemente sujeta mientras disparamos. A velocidades más lentas se va a hacer necesario el uso de un trípode para asegurarnos de que la cámara no se mueva absolutamente nada.

Volvamos a coger la cámara para ilustrar esto:

Exposición de 1/1000 seg

En esta primera imagen he empleado un tiempo de exposición de una milésima de segundo mientras hacía un barrido de izquierda a derecha. Al ser una exposición tan breve el movimiento ha quedado bastante congelado (de un modo similar a las gotas de agua de hace unos días).

Exposición de 1/50 seg

Sin embargo, en esta segunda imagen he usado un tiempo veinte veces más bajo (dos centésimas de segundo) para realizar el mismo barrido. Como veis, la imagen resulta considerablemente más borrosa que la primera.

3. SENSIBILIDAD ISO

La sensibilidad ISO es la capacidad que tiene el sensor tiene para captar la luz de forma similar a cómo hacían los carretes fotográficos de hace años; sólo que en este caso podemos variarla a voluntad. Cuanto más alto es el valor ISO más facilidad por parte del sensor para captar la luz que le llega a través del objetivo; y claro, podríamos pensar que la táctica a emplear es poner siempre el mayor valor posible. Sin embargo siempre hay algo que sacrificar, y un valor alto va a hacer que aparezca más ruido en la imagen, por lo que siempre debemos buscar un compromiso intermedio entre sensibilidad y ruido.

Vamos a ver con un sencillo ejemplo qué es eso del ruido en las imágenes y cómo varía en función del valor ISO empleado.

ISO 50

En esta primera fotografía he empleado el valor ISO más bajo posible. A estos niveles el ruido no es apenas apreciable.

ISO 400

Sin embargo, a ISO 400 el ruido se hace patente en ciertas zonas de la imagen; sobre todo en la parte gris de la cabeza de la muñeca, de la cual podéis ver una ampliación 1:1 a continuación.

ISO 400 (detalle)

¿Entendéis ahora por qué hemos de evitar valores ISO altos por sistema? Un ISO demasiado elevado puede no notarse demasiado si vemos la imagen a pequeño tamaño en la pantalla del ordenador, pero una ampliación en papel puede revelar importantísimos defectos en los colores de la composición.

4. DISTANCIA FOCAL

Si no queréis liaros demasiado con este parámetro (es el más “raro” de todos) podéis considerarlo como el nivel de zoom óptico empleado a la hora de realizar la fotografía. Según el objetivo de la cámara utilizada puede tener consecuencias en la luminosidad que llega hasta el sensor; pero como os digo esto depende de la cámara u objetivos empleados, y si en mi antigua Canon lo notaba mucho, en la actual Konica Minolta el efecto es apenas perceptible (cosa que agradezco).

En definitiva, lo que se modifica con la distancia focal es el ángulo de visión del objetivo, por lo que empleando distancias focales pequeñas tendremos una perspectiva de la escena muy amplia mientras que una distancia focal elevada hará que nos centremos sobre una pequeña zona del encuadre.

Lo más curioso del empleo de diferentes distancias focales es la variación de cómo percibimos los objetos en primer plano y de fondo. Si recurrimos de nuevo a nuestra particular “Matrioska” vamos a ver que el edificio del fondo varía su tamaño considerablemente en función de la distancia empleada.

38mm

En la primera imagen he tomado la fotografía a pocos centímetros de la muñeca de tal modo que todo parece proporcionado y muy similar a cómo lo vemos con nuestros ojos.

380mm

Para la siguiente me he alejado lo suficiente como para que con el empleo de la distancia máxima quede del mismo tamaño para que se aprecie mejor la distorsión del fondo del escenario.

Bien, una vez presentados y conocido lo básico de cada uno de los parámetros anteriores vamos a meternos en la “chicha” de la fotografía, que es la sabia combinación de todos ellos para conseguir la mejor fotografía posible dentro de la situación ambiental que tenemos delante de nuestras narices:

Si queremos captar la mayor luminosidad posible de una escena tenemos las siguientes opciones:

Por lo tanto, la ventaja de conocer estos parámetros es que bajo unas condiciones dadas podemos rápidamente pensar en cómo modificarlos para no “destrozar” mucho la imagen y a la vez conseguir más o menos la escena que pretendíamos captar.

Por ejemplo, en el caso de un paisaje de montaña al atardecer vemos que si disparamos en automático la imagen queda demasiado oscura, así que nos vamos al modo manual (es el que permite tocar todos los parámetros anteriores y algunos más) para colocar una apertura intermedia, un tiempo de exposición de 1/100 segundos, y la sensibilidad ISO en 400. La cámara nos dice que la fotografía sigue siendo oscura, así que como no tenemos trípode subimos el tiempo de exposición a 1/60 segundos.

Disparamos y la imagen todavía no está lo suficientemente clara, pero al no disponer de un trípode no podemos bajar más el tiempo de exposición. También podríamos subir la sensibilidad a 800 ISO, pero entonces empezaría a aparecer un apreciable ruido que daría al traste con nuestra imagen.

La única posibilidad que nos queda es emplear una apertura más grande de modo que entre más luz al objetivo. Si inicialmente era 6.3 probamos a bajarlo a 5.0 y cuando volvemos a realizar un disparo de prueba observamos que por fin la imagen está tal y como queríamos en un primer momento. Hemos sacrificado un poco de profundidad de campo, pero al menos hemos obtenido una buena imagen sin necesidad de emplear un trípode y obteniendo un resultado bastante majo en términos generales; cosa que nos hubiera sido imposible empleando el modo automático de la cámara.