Francis Ortiz Crea Design Mis Cámaras Favoritas: EOS 1D Mark IV

Canon EOS-1D Mark IV: prueba de campo

Se hizo esperar. Posiblemente más de lo deseado cuando, tras los conocidos problemas de su predecesora, lo que interesaba era pasar página. Con esa idea llega la EOS-1D Mark IV, que pese a los parecidos externos con su antecesora, se ha renovado totalmente por dentro para volver a situarse en lo más alto del panorama profesional. Durante (sólo) tres días hemos convivido con un modelo de producción final, sumergiéndolo en la actividad rutinaria de un fotoperiodista, uno de los hábitats naturales de la Mark IV. Veamos si esta cuarta generación ha hecho los deberes.

Madrid.  Eduardo Parra.- Han cambiado mucho las cosas desde que la EOS-1D Mark III llegara al mercado. Si el objetivo de aquella SLR era sencillamente revalidar su título y mantener la distancia respecto a los modelos de Nikon, las tornas han cambiado. Es la Nikon D3 -y ahora la D3s- la que lleva la voz cantante en el segmento profesional, y es a esta EOS-1D Mark IV a la que le toca recuperar el prestigio que su predecesora se dejó por el camino.

Canon EOS-1D Mark IV

En efecto, prácticamente cualquier fotógrafo interesado por los tejemanejes de la industria recuerda cómo la citada Mark III fue vapuleada por sus problemas a la hora de enfocar sujetos en movimiento. Merecidas o no, aquellas críticas y el boca a boca hirieron de muerte a un producto que la D3 y sus excelentes resultados se encargaron de sentenciar.

Canon EOS-1D Mark IV

Tras "jugar" con esta Mark IV frente a unos coches de esos que quitan el aliento, llega el momento de ponernos más exigentes. Sólo han sido 72 horas de convivencia. Insuficientes casi para leerse el extenso manual de la cámara. Pero el día a día y el intercambio de opiniones con quienes ya trabajan con ella han servido para poder valorar los resultados en su contexto natural.

Un cambio considerable

Ya hemos repasado la lista de novedades de esta Mark IV decenas de veces, así que no invertiremos ahora demasiado tiempo en recordar su sensor de 16 megapíxeles, el nuevo sistema de enfoque o la grabación de vídeo en alta definición, por citar algunos de sus pilares.

Pese a estos profundos cambios, el cuerpo de la cámara es virtualmente idéntico al del modelo anterior. Todo parece indicar, por tanto, que no habrá muchos problemas para dar el salto de una EOS a otra.

Canon EOS-1D Mark IV

Pero sólo en principio, porque una de las mejores virtudes de la EOS-1D Mark IV es también uno de sus problemas. Hablamos del enorme potencial de configuración y personalización que esta réflex ofrece.

Un fotógrafo de El País que ha sometido la Mark IV a su primera prueba de fuego en Haití los días posteriores al terrible terremoto de mediados de enero nos comentaba que había sido imposible exportar la configuración común de su Mark III a la Mark IV. Un auténtico problema, porque es poco menos que caótico trabajar simultáneamente con dos cámaras que operan de forma dispar.

Canon EOS-1D Mark IV

¿Son tan diferentes? Depende del punto de vista y de nuestro nivel de exigencia. El sensor, el procesador y el sistema de enfoque son nuevos, y con ellos el contraste, la nitidez de las imágenes y -en definitiva- la curva de adaptación al nuevo modelo.

Así que desempaquetar la cámara y ponernos a disparar es una pésima idea si no queremos llevarnos alguna sorpresa al revisar después las fotos.

Mejoras evidentes

Salta a la vista al contemplar las capturas obtenidas con esta Mark IV que la serie EOS-1D ha evolucionado. Aunque los modelos de la anterior generación ya gozaban de una calidad de imagen excelente, esta nueva hornada da un pequeño paso hacia delante, mejorando la nitidez final de las tomas y dejando de lado -de una vez por todas- cualquier sombra de duda.

El nuevo estandarte canonista ofrece ahora una resolución de 16 megapíxeles (4896 x 3264 puntos), un 60% más que su predecesora. Desde Canon justifican este incremento con el mismo argumento que el utilizado cuando el vídeo aterrizó a esta saga: es una petición de los profesionales.

Canon EOS-1D Mark IV

No estamos del todo convencidos de ello -tampoco muchos de los fotógrafos consultados-, pero hay que reconocer que ese plus de resolución puede ser un buen recurso cuando toca salvar una instantánea a base de recortar y reencuadrar. Algo que pasa a menudo.

Canon EOS-1D Mark IV

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El problema -además del precio a pagar en ruido, del que luego hablaremos- son unos archivos que también crecen en tamaño y que pueden complicarnos las tareas de transmisión y posproducción. Los RAW de 20 MB que genera la Mark IV tampoco es que sean ingobernables comparados con los de otros modelos de la propia compañía, pero ya requieren de ordenadores algo más potentes.

  Muestras: RAW  © QUESABESDE.COM

Las capturas se han realizado con una Canon EOS-1D Mark IV y con objetivos Canon EF 16-35 mm f2.8 II L, 70-200 mm f2.8 IS L y 24-105 mm f4 IS L, empleando diversos ajustes y sensibilidades. Imágenes tomadas en formato RAW y procesadas con Adobe Lightroom 2.6:

 

 

 

 

 

 

Volviendo a los resultados, los colores también son algo diferentes respecto a lo visto en modelos anteriores. Algo que, con un nuevo sensor y procesador, era de esperar. En líneas generales, se muestran un poco más apagados, así que no está de más recurrir a una calibración personalizada hasta dar con los ajustes deseados.

También un repaso a los valores de contraste y nitidez por defecto es recomendable, aunque hay que reconocer que la Mark IV hace un excelente trabajo a la hora de extraer todo el potencial del captor directamente al trabajar en JPEG.

Odiosas comparaciones

Si Canon era la reina de las altas sensibilidades hasta hace bien poco, la estrategia elegida por Nikon con su D3 -con un sensor de formato completo y una resolución muy comedida- plantea un auténtico reto a esta Mark IV.

Algo que a priori se prevé complicado, teniendo en cuenta que hablamos de un captor APS-H algo más pequeño (el factor de multiplicación es de 1.3x) y con más fotodiodos en su superficie. Una combinación que, por muy mejorada que se presente la estructura para optimizar la zona sensible, ya sabemos hacia donde conduce.

Canon EOS-1D Mark IV

Con ajustes calibrados entre 100 y 12.800 ISO y valores forzados de 50 y hasta 102.400 ISO, ¿hasta dónde podemos llegar con esta Mark IV sin temer por la calidad de nuestras imágenes?

Si la luz es favorable, podemos atrevernos con hasta 51.200 ISO sin tener que lanzar directamente luego las imágenes a la papelera (y pensando siempre en los requisitos habituales de la prensa diaria). En peores condiciones lumínicas, pasar de 12.800 ISO es ya una temeridad sólo recomendable para casos desesperados.

Extremos al margen, y volviendo a lo más cotidiano, la Mark IV puede presumir de un ruido contenido hasta 8.000 ISO, lo que permite trabajar en el modo de sensibilidad automática en ese rango sin demasiadas preocupaciones.

  Muestras: máxima resolución  © QUESABESDE.COM

Las capturas se han realizado con una Canon EOS-1D Mark IV y con objetivos Canon EF 16-35 mm f2.8 II L, 70-200 mm f2.8 IS L y 24-105 mm f4 IS L, empleando diversos ajustes y sensibilidades. Consulta los datos EXIF de las imágenes para conocer los datos concretos de cada una de ellas:

 

 

 

 

 

 

El color y la nitidez se mantienen bastante firmes en estos valores, y sólo al acercarnos a 12.800 ISO empezamos a notar los sacrificios necesarios para movernos en este terreno.

En suma, son éstos unos resultados excelentes, claramente superiores a los vistos en la generación anterior -pese al aumento de la resolución. Ésa sería la botella medio llena. La medio vacía es que, como ya nos imaginábamos, la D3s de Nikon le da un buen repaso a la Canon en estos valores más extremos de sensibilidad.

Canon EOS-1D Mark IV

No ha sido posible -al menos por ahora- juntar ambos cuerpos en un frente a frente real, pero basta con echar un vistazo a las muestras de sensibilidad de ambas cámaras por separado para percibir la diferencia.

Dejando a un lado las comparaciones, este mejorado rendimiento de la cámara con ajustes ISO tan elevados expande aún más su arco de posibilidades para los profesionales. Además de lo evidente -los paparazzi estarán dando palmas-, la posibilidad de trabajar en espacios con luz pobre sin tener que recurrir a diafragmas muy abiertos, por ejemplo, o de disparar con velocidades más altas para asegurar el tiro sin trepidación son beneficios directos de este cambio.

Canon EOS-1D Mark IV

Claro que también es posible pecar en exceso. Sirvan como ejemplo las galerías de muestras tomadas durante esta prueba de campo, en las que, casi por inercia, las sensibilidades altas ganan por goleada.

¿Y el enfoque?

Tenemos cuerpo, tenemos ISO… y ahora queremos enfoque automático. Sí, esa espinita clavada en el corazón de la Mark III, cuyas heridas ahora se pretenden curar con un sistema rediseñado y bautizado como Ai Servo II que hace especial hincapié en el enfoque por seguimiento.

Como ya comentamos en su momento, las primeras pruebas las realizamos fotografiando vehículos a una velocidad moderada. Aunque el resultado del enfoque de seguimiento fue cercano al 100%, un vehículo lejano con una trayectoria controlada y prefijada no es -o no debería ser- un gran problema para cualquier SLR de corte profesional que se precie.

Canon EOS-1D Mark IV

Y así fue. Los resultados de ese remozado sistema de 39 puntos de enfoque en cruz y los 6 adicionales con los que cuenta la Mark IV no permitieron adivinar ningún problema en su funcionamiento.

A falta de tiempo para poder forzar este nuevo enfoque en un terreno más complicado y ante ciertos comentarios que ya cuestionan la eficacia del Ai Servo II, hemos consultado a diversos periodistas gráficos que ya han utilizado este modelo en fotografía deportiva.

Canon EOS-1D Mark IV

Seguiremos muy pendientes de esta cuestión, pero por ahora quienes ya han trabajado en varios partidos con esta Mark IV entre las manos aseguran que el porcentaje de acierto de la cámara a la hora de mantener enfocados sujetos en movimiento es muy alto. "Es mucho más segura que la Mark III, pero tampoco hace milagros", sentencia un reportero gráfico.

Elevado consumo

Sin muchos defectos que echarle en cara, sí nos ha sorprendido el elevado consumo de batería del modelo probado. Según nuestra experiencia con la generación anterior, incluso nos atreveríamos hablar de un gran retroceso en la autonomía respecto a la Mark III, con lo que llevar en la bolsa una o dos baterías de recambio se convierte en algo indispensable para el profesional.

Canon EOS-1D Mark IV

Mucho más si tenemos intención de aprovechar otra de las prestaciones estrella de este modelo: la grabación de vídeo en alta definición con controles manuales y cadencias de 24, 25 ó 30 fotogramas por segundo (con una resolución de 1080p) y 50 ó 60 (a 720p).

Poco podemos decir de la función de vídeo de la Mark IV que no se haya dicho ya de la EOS 7D, que ha sido la cámara que realmente ha marcado un punto de inflexión en este sentido. La Mark IV se limita a heredar las aportaciones más interesantes de la 7D, como son los controles manuales completos y el amplio elenco de cadencias de fotogramas disponibles, que la hacen mucho más versátil para trabajar en producciones algo ambiciosas.

Canon EOS-1D Mark IV

De hecho, la ausencia de un botón específico para la grabación y su elevado precio pueden situarla en su vertiente videográfica por detrás de la mucho más sencilla EOS 7D. Además, la diferencia entre el tamaño de los sensores tampoco decanta la balanza con demasiada claridad hacia la Mark IV, cosa que sí ocurre con la EOS 5D Mark II y su imponente formato completo.

Por lo demás, y dejando al margen las consabidas discusiones filosófico-sindicales sobre la llegada del vídeo al mundo del fotoperiodismo, nos topamos con las mismas virtudes y defectos de siempre.

 Vídeos© QUESABESDE.COM

Las secuencias se han grabado con una Canon EOS-1D Mark IV a 1920 x 1080 puntos y 24 fotogramas por segundo:

En el lado bueno, destacan el gran nivel de detalle, los impresionantes colores, el excelente rendimiento con poca luz, el control de la profundidad de campo y el buen rango dinámico.

En el otro extremo, el conocido efecto "rolling shutter", el muaré en zonas de detalle fino, cierto exceso de máscara de enfoque cuando grabamos a 720p, y una ergonomía que -sencillamente- no está pensada para hacer de esta contundente SLR una videocámara al uso.

Buscando el empate

Tras nuestro breve -pero intenso- "affaire" con la Canon EOS-1D Mark IV, es complicado no caer en un leve episodio de bipolaridad. El nuevo modelo supera con claridad a su predecesora: ofrece más calidad que aquélla y la misma velocidad, y le añade vídeo en alta definición.

Pero la sombra de la Nikon D3s es alargada y no tarda en enturbiar este entusiasmo. La mayor resolución y el vídeo Full HD de la Canon son las únicas asignaturas en las que esta Mark IV consigue superar a su eterna rival.

Sobre el enfoque, resulta complicado pronunciarse por ahora con rotundidad y declarar una vencedora. Seguiremos indagando y preparando un cara a cara que ayude a despejar cualquier duda.

Canon EOS-1D Mark IV

En el resto de materias, empezando por la sensibilidad, el buque insignia de Nikon sigue a la cabeza, aprovechando los réditos de aquel fastuoso adelantamiento que la Nikon D3 le hizo a la EOS-1D Mark III, y mirando todavía a la Mark IV a través del retrovisor.

Eso no quita que la nueva réflex canonista esté mucho más cerca de aquélla, y posiblemente asegure un cierto equilibrio en el reparto del mercado profesional. En realidad, las dos firmas contendientes firmarían encantadas este resultado.

Nota: las tarjetas de memoria que aparecen fotografiadas en este artículo han sido cedidas por SanDisk como parte de un acuerdo publicitario alcanzado entre esta compañía y QUESABESDE.COM.

Actualización: se han sustituido algunas muestras tomadas con una unidad no final de la EOS-1D Mark IV y publicadas inicialmente por error.