Francis Ortiz CRM - Atención Administrativa, El Tiempo, Los ladrones del tiempo
Los ladrones de tiempo son como los mafiosos. Todo el mundo los conoce, pero no se puede hacer nada contra ellos por falta de pruebas. Y además, son peligrosos. Nos hacen mucho daño. Se impone por tanto hacer algo.
¿ Quiénes son estos ladrones ?
-Ausencia de plan de trabajo
-Objetivos y prioridades confusos
-Indecisión
-Interrupciones
-Reuniones no previstas
-Trabajos pendientes
-Entrevistas largas
-Desorden
-Burocracia
-Falta de reflexión previa
Algunas soluciones óptimas pueden ser :
-Preparar diariamente un programa de trabajo
-Establecer prioridades
-Establecer objetivos
-Preparar las reuniones
-Hacer una cosa cada vez
-Distinguir lo esencial de lo accesorio
Saber fijar prioridades Prioriza y planifica tus tareas Online y gratuito
-Agrupar cosas semejantes
-Dividir en fases o etapas
-Poner ideas por escrito
-Comunicar clara y brevemente
-Programar llamadas / visitas
-Buscar con calma las soluciones
-Vigilar la organización personal
-Buscar con calma las soluciones
-Alternar actividades
Los fantasmas del tiempo.- El mundo en que vivimos hoy es agobiante. El agobio comienza todos los días, cuando al amanecer se inicia una verdadera lucha por llegar a la oficina : atascos, colas, ... Puede parecer que el fenómeno del agobio está siempre en lo colectivo, que es un rasgo característico de la sociedad en que vivimos. Y eso sería un error. El agobio tiene mucho de personal. Por eso, los remedios del agobio tenemos que buscarlos también en la propia dimensión de la persona.
Remedios frente al agobio.-
Percibir: supone tomar conciencia y buscar las causas que producen el agobio.
Prever: hay que acostumbrarse cada día al ejercicio de la previsión. Buena parte de las sorpresas que nos llevamos se podrían haber previsto.
Organizar: dedicamos poco tiempo a la organización y por eso mismo perdemos mucho tiempo. Una mala organización es uno de los peores enemigos del tiempo.
Eliminar: estamos acostumbrados a conservar. Nos cuesta trabajo romper un papel, pero si no lo rompemos, serán los papeles quienes terminarán agobiándonos.